Es la capacidad humana de sensibilizarnos por nuestras propias aflicciones y sufrimiento, unido a la motivación e intención de aliviarlo y prevenirlo.

Tiene 3 componentes esenciales:

  • Atención plena frente a negación o sobreidentificación. Reconocer y Aceptar si sobre identificación. Nos concienciamos para saber cuándo estamos bajo estrés, dificultades personales o relacionales o ante sufrimiento propio o ajeno.
  • Humanidad común versus aislamiento. Reconocemos que todos sufrimos, el sufrimiento no nos es
    ajeno, no estamos solos. Y en esa resonancia encontramos una Vulnerabilidad Robusta por la
    conexión y aceptación en lugar de aislamiento, resiliencia y sentido en lugar de vacío. Reconocemos
    también que errar y la imperfección es parte de nuestra humanidad común.
  • Amabilidad versus Autocrítica. Comprender y Empatizar. Contextualizar.

Entrenamos/Cultivamos Compasión y Autocompasión a través de practicas meditativas para
entrenar habilidades y motivaciones que estén mas presentes en nuestra vida diaria.

Hay siete dimensiones de la compasión en el comportamiento extraídas de la
literatura sobre cuidados médicos y paliativos, y que se construyen progresivamente y
sobre la base de la/s anterior/es: atención, escucha, confrontación, participación, ayuda, presencia y comprensión.